Los Juntaletras del copia y pega

Son esos buitres carroñeros que vigilan desde su pantalla esperando poder lanzarse sobre sus presas. Hienas digitales que nunca dan la cara. Oscuros y repugnantes personajes que se hacen llamar «periodistas de Internet». Son los juntaletras del copia y pega que, en vez de generar sus propios textos, optan por el trabajo fácil de robar los ajenos arrastrando con el ratón el botín de sus incursiones electrónicas hacia sus páginas.

Son esos filibusteros de poca monta que se sienten orgullosos de adjudicarse la autoría de haber escrito una historia con sólo un par de «clicks» sin haber tocado una tecla. Son los que no piden permiso, los que no citan, los que no enlazan, los que sólo copian y roban. Una manada de malparidos sin ninguna ética profesional que hasta creen tener el derecho de pernada. Son la basura, la inmundicia, la peste de Internet.

Aunque la mayoría de «blogers» y «webmasters» del mundo virtual mantienen con rigor la etiqueta global de la Red, haciendo la obligada referencia a la fuente de otros contenidos y enlazando a las páginas originales, las apestosas ratas que pululan en muchos de los medios tradicionales y en algunos de los llamados «diarios digitales», se dedican al indiscriminado expolio de «blogs» y páginas ajenas. Maestros del copia y pega tan inútiles que no son capaces de teclear una frase coherente por si mismos. Todo lo que saben hacer es copiar, hurtar o robar de otras páginas para pegarlo en las suyas.

Entre estos depredadores de contenidos del mundo hispano de Internet destacan los pajarracos de Periodista Digital. Una web que no es más que un enrevesado tinglado de feria montado por los hermanos Rojo, conocidos en el gremio de los periodistas por sus polémicos y dudosos «métodos» de trabajo y su total falta de compañerismo. Todo lo que publican en su web está plagiado con puntos, comas y hasta con errores de otros medios digitales.

Estos sirleros de rambla que se esconden bajo múltiples apodos, que no pueden ser llamados pseúdónimos porque sería demasiado fino para ellos, acumulan en su portal un revoltijo de «pseudoblogs» en los que pegan todas las noticias robadas a otros medios. Trapichean así en un intento de acumulación de visitas a cuenta de los demás y poder vender más cara la publicidad en sus páginas.

El último de los cientos de ejemplos de este copia y pega de artículos y noticias efectuado por los piratas de Periodista Digital, es la historia del presentador sueco que se come su propia carne. Tanto el texto íntegro como las fotos que han publicado fueron copiadas sin permiso de la web Vertele.com, que ésta sí tenía permiso de reproducción de la historia y cumplía con la etiqueta de cita y enlace al original publicado en JM Noticias.. En la copia que hizo Periodista Digital se eliminó esta referencia para así poder atribuirse la autoría y rellenar su inmunda pocilga electrónica.

Sin embargo estos rateros no son los únicos. A pesar que no cuesta nada enviar un e-mail y pedir permiso de reproducción, a pesar que el derecho a la cita es gratis y que enlazar con la página original es demostrar honestidad, el orgullo y la prepotencia de estos ladrones de contenidos les impide reconocer que Internet no es un tugurio sin dueño donde los chulos y los macarras tienen barra libre.

Otro ejemplo del abuso de estos corsarios lo vemos en la web de El Semanal Digital. Hace poco publicaron un artículo donde pegaron todas y cada una de las frases traducidas del sueco que habían copiado, pero sin citar en lo más mínimo al autor ni a la fuente de la noticia. Y lo que es peor, ni se molestan en contestar a las reclamaciones.

En Telecinco, especialmente en el programa de ARQ , se apropian sin pudor de imágenes, vídeos y noticias publicadas en otros «blogs» y webs de Internet. No tienen derechos ni permisos de reproducción y ni pagan por ellos. Simplemente emiten lo que les parece y se quedan tan panchos ignorando las protestas de sus autores.

También, hace unos días, en el programa de las mañanas de Telemadrid se emitió sin permiso un vídeo que llevaba el rótulo de JM Noticias, a pesar que con una simple llamada telefónica o un «e-mail» podrían haberlo tenido sin marcas. Pero los chorizos cibernéticos preferieren robar antes que rebajarse a pedir o comprar el material como lo hacen con las agencias.

El diario El País es otro ejemplo. Copió una historia completa al periódico 20 Minutos, pero eliminando los enlaces y referencias al autor que este periódico había puesto a la fuente original, o sea a JM Noticias. En El Confidencial Digital se adornan con plumas ajenas y hace suyas las informaciones que también copiaron de las páginas de JM Noticias. En el programa «Las Tardes de Cristina», de la Cope, leen ante los micrófonos los textos de noticias de otros medios pero sin nombrarlos. Jaime Peñafiel, conocido como el «mayor copión del reino», es uno de los que tampoco cita a los autores de todas y cada una de las informaciones que plagia sobre la realeza escandinava. En la Cope le hemos oído leer al pie de la letra el texto íntegro de un artículo publicado por Carmen Villar Mir en el diario ABC, como si fuera su propia crónica y sin mentar para nada a su autora. También algunos colaboradores de programas de TVE se dedican a leer ante las cámaras, y sin cambiar una coma, los artículos que encuentran en los «blogs» y webs particulares a pesar de tener prohibida la copia o redifusión sin permiso.

El caso del diario El Ideal de Jaén es casi de juzgado de guardia: roban las fotos exclusivas a un fotógrafo aficionado que las tenía en su «blog», eliminan su firma y las publican como suyas. La revista «Hola», que presume de pagar exclusivas millonarias, copia textualmente muchas de las crónicas y artículos que publican los corresponsales en Escandinavia de ABC y La Razón, o bien publica artículos que son traducciones literales de otros que han sido publicados en diarios escandinavos. Nunca citan la procedencia, ni su autor ni mucho menos pagan los derechos. Y es que hasta para plagiar son malos porque ni saben corregir los errores. ¿Es que estos que se hacen llamar periodistas no saben redactar dos párrafos juntos sin tener que copiarlos? ¡Malditos fuleros!.(*)

(*) Según la RAE: fulero, ra (De ful).
1. adj. Dicho de una persona: Falsa, embustera, o simplemente charlatana y sin seso.
2. adj. coloq. Chapucero, inaceptable, poco útil.

Publicado en JM Noticias