Rayos XXX (y centellas)
Desde que un noviembre de hace 111 años el físico alemán Wilhelm Konrad Roentgen descubriera los rayos X, no pocas han sido las radiografías que se han hecho desde entonces. Parece mentira que este aparato, por el que seguro que todos hemos pasado alguna vez, siga impertérrito el paso del tiempo mostrándonos instantáneas de nuestros adentros. Y haciendo ricos al gremio de cerrajeros.
Qué: Un dildo de dos palmos.
Cuando se llega a urgencias con un consolador tamaño king-size metido hasta el duodeno la frase que más se escucha es “fui atacado por un grupo de personas que me hicieron esto”. Aunque el motivo real suele ser algún extraño método de estimulación rectal combinado con un fatal estornudo en la ducha.
Qué: Un par de pilas de botón.
Bueno, no parece demasiado extraño confundir una pila de botón con una pastilla, a todo el mundo le puede pasar. Más difícil es confundirlas con un supositorio, como el caso que nos atañe en esta radiografía. Y es que para estas cosas ya existen las pilas AA y hasta las de petaca.
Los pandilleros de la prisión de Zacatrás (nombre que viene al pelo), en El Salvador, tenían una curiosa forma de esconder los móviles desde los que mandaban ordenes al exterior. En una redada les fueron encontrados, introducidos por el ano, cuatro teléfonos y nueve tarjetas. Uno de los pandilleros también se había introducido un cargador. Suponemos que los teléfonos estarían en modo vibración, por aquello de “sarna con gusto…”
Qué: Una granada.
Un consejo para los terroristas: ¿para que liarse con complicados circuitos electrónicos (que fallan más que una escopeta de feria) cuando uno se puede introducir por el recto una granada atada a un cordel y quedar como un marqués? Pues eso. Lástima que no se llegue vivo a tirar del cordel.
Qué: Una manta eléctrica tamaño familiar.
Lo que no nos tragamos los humanos se lo dejamos a los pobrecicos animales. Y más si se es pitón, como el caso de “Houdini”, una serpiente de 4 metros que en julio de 2006 se zampó una manta eléctrica para cama de matrimonio, con su cable y todo, al confundirla con un conejo. Estas pitones son la monda.
Qué: Un ordenador por cerebro.
Bueno, ciertamente se trata de un fake en toda regla. Pero no está lejos de la realidad: hay personas a las cuales el cerebro les corre a la velocidad de un 286 y se quedan como colgados a la mínima de cambio. Llámelo pasarse con la marihuana, pero a muchos les vendría de perlas un transplante de disco duro con ventilador y todo.
Sentenciamos: Aunque estos ejemplos son variados, la palma de objetos IA (Introducidos Analmente) se la llevan los vasos de tubo.
Fuente: La Cacharreria