Que folle con quien quiera...

... mientras no cree sentimientos entre ellos.




¡Qué poco hemos cambiado!
Acabo de ver un documental sobre las relaciones sexuales entre los humanos de hace miles de años y viéndolo una se da cuenta de que seguimos siendo igual ahora, con todo el tamiz de la cultura y el paso del tiempo.
A aquellas mujeres no les importaba que su hombre yaciera con cuantas otras quisiera siempre que no se crearan otros lazos más que el follar. O sea, que luego, a casa con los suyos, a mantener a las crías y a la mujer "legítima", que para eso es la madre de sus hijos.





A ellos, por supuesto, no les gustaba nada que su mujer se despendolara por ahí, porque tenían que asegurarse que la cría es suya, ya que tenían que mantenerla contra viento y marea, tenían muchas dificultades, y no podían arriesgarse a que el vástago fuera ajeno.
Salvando las distancias, las cosas son parecidas hoy. Cuántas hay que no quieren ni saber si su hombre flirtea por ahí. Ya he escuchado muchas veces a más de una mujer decir que a ellas no les importa si su hombre folla por ahí, mientras vuelvan siempre a casa y no dejen rastros que luego les complique la vida.
Una de mis amigas me contó una vez, que su marido iba de viaje fuera de España, que había soñado que ella misma le ponía preservativos en la maleta, porque así se aseguraba de que no iba a encontrarse después con sorpresas desagradables. Y que eso le había procurado mayor seguridad.


Fuente: 20minutos