Los medios de comunicación vuelven a sorprenderme (y no deberían) con noticias más o menos sensacionalistas sobre que las bombillas de bajo consumo pueden resultar perjudiciales para la salud según los médicos británicos, mientras en Navarra, Cantabria y en el País Vasco se regalan estas bombillas de este tipo para fomentar su uso.
El inconveniente de las bombillas de bajo consumo parece ser que ionizan el medio y esto puede afectar apersonas con hipersensibilidad cutánea. Pero esto les ocurre igual con todo tipo de luz fluorescente, es decir, que no es un problema de las bombillas de bajo consumo, y por tanto no hay que maldecirlas sino advertir a personas que padezcan hipersensibilidad a la luz fluorescente que deben tener las mismas precauciones que tienen habitualmente en las cocinas, fábricas, hipermercados, etc.
Otra amenaza de estas bombillas de bajo consumo es que, al menos algunos tipos, contienen mercurio, y en caso de rotura pueden ocasionar intoxicación por inhalación del mercurio gaseoso. Este inconveniente puede ser algo más preocupante, y desde luego será necesario concienciar de su reciclaje al igual que ahroa nos hemos acostumbrado a hacer con las pilas y baterías o con los propios fluorescentes típicos de las cocinas de casa.
Las bombillas de bajo consumo son buenas para el medio ambiente porque gastan mucha menos energía para producir la misma cantidad de luz. Algo así como 16W equivalentes a 40W (hablo de memoria). Buscando imágenes de bombillas me he encontrado con bombillas con 150 LEDS que consumen 9W equivalentes a 70W convencionales (de bombilla incandescente), aunque son bastante caras.
De todas formas, el futuro de las bombillas de bajo consumo y de bombillas de leds está por venir, una investigación de una conocida marca de luminarias ha desarrollado un tipo de led que serviría para las luces delanteras de los coches, y no sólo para la marcha a trás y las de freno como ocurre ahora.